Windows 8 vs Pablo Picasso
El cambio a Windows 8 ha resultado ser mucho menos traumático de lo que esperaba. Quizá porque mi umbral del sufrimiento estaba muy alto. Los primeros pinitos con Windows 7 fueron arduos. Más de uno (y más de dos) secundarán esta última afirmación.
Una apuesta tecnológica arriesgada
En Awerty usamos los sistemas operativos para nuestro trabajo diario y nuestra obligación es dar feedback de esta interacción.Un cliente -hoy mismo me ha ocurrido- puede cogerme desprevenido y preguntar: “¿Y qué tal es Windows 8?, ¿trabajáis con él de forma regular?”. Las respuestas, pasados dos meses, son concisas: “Muy bien” y “Sí”.
Si bien es cierto que la tendencia que adoptamos de unos años a esta parte es que algunos de estos nuevos productos ya no pueden ser probados a modo de sandbox (entorno de laboratorio), no lo es menos que Windows 8 llegó a nuestras manos y acto seguido nos auto impusimos instalarlo en nuestras máquinas (físicas o virtuales) de trabajo diario. Sólo así podríamos avanzarnos a cualquier duda que surgiera y tener un bagaje que sirviera para ayudar a nuestros clientes.
Windows 8 ha pegado fuerte. Eso es una obviedad. Y hay que reconocer también que se trata de una apuesta tecnológica un tanto arriesgada. No tanto por su aceptación como porque Microsoft ha apostado por marcar una nueva hoja de ruta para su sistema operativo pc-tablet-smartphone. La unificación para todas las plataformas ya supone un cambio sustancial y a ello debemos sumarle que el sistema operativo queda dividido en dos partes: la parte nueva y la parte convencional.
El escritorio, condenado a desaparecer
La nueva interfaz Metro soprenderá. ¡Trabajar con Metro mola! Perdón por la expresión, pero es la verdad. Dejémonos de formalismos y dejad que me exprese como Microsoft quiere, en Get in a cool mode. Microsoft Metro mola. Y está muy bien porque es un entorno agradable, fácil, dinámico, moldeable, con un sinfín de aplicaciones que rompen la capa de seriedad de los sistemas operativos previos, Windows Vista o Windows 7.
Por mucho que estos dos SO tuvieran los gadgets y demás cositas, Metro aporta un soplo de aire fresco a la forma de trabajar. Se acabó eso de lidiar con un sinfín de accesos, menús, etc. Ahora, todo se nos presenta en recuadros vistosos y fáciles de usar.La parte convencional, aquella con la que estamos plenamente familiarizados (entorno escritorio, panel de Control, etc) está condenada a desaparecer en futuras ediciones.
Es lógico. ¿Por qué se iba a molestar Microsoft en seguir desarrollando Apps de Escritorio si ahora mismo está centrando sus energías en desarrollar o arengar a los desarrolladores para que las creen para Metro? Paulatinamente, paso a paso, granito a granito, quedaremos todos sujetos al cómodo uso de Metro y todo su entorno. Pero poco a poco, no sea que Microsoft se la vaya a pegar por querer pasarse de rápido.
Ideas básicas de Windows 8
Si analizo mi día a día con Windows 8 y hago una lista básica con preguntas que se hace mucha gente puedo decir que:
- Lleva dos meses instalado en mi equipo. Aún no se ha colgado nunca.
- Las actualizaciones no suponen un quebradero de cabeza. El sistema me avisa días antes de cuando se instalarán y cuando será necesario reiniciar. ¡Pero sin ser cansino!
- El equipo está en un entorno de Dominio desde el primer día. Ningún problema de resolución de nombres, de acceso a la red, etc.
- Mi máquina no es ningún portento. Intel 1,86GHz Dual Core, 3GB RAM. Partición de sistema de 40GB.
- Una lista interminable de Aplicaciones Escritorio instaladas: Ms Office 2010, Adobe Reader X, Google Chrome, Filezilla Client, VMWare View Client, VMware vSphere Client, etc…
- Muchas aplicaciones Metro instaladas y desinstaladas (por aquello de probar y tocar…)
Así que sólo me queda decir que quien se resista a probar Windows 8 se va a quedar atrás.
Pablo Picasso dijo una vez: “Las computadoras son inútiles. Sólo pueden darte respuestas”. Pues en este caso, Microsoft conradice al genio. Queriendo que las computadoras hicieran algo más, ha creado Windows 8, un sistema operativo que comporta nuevos retos y, definitivamente, nuevas formas de trabajar.