El tiempo pone a la tecnología en su sitio
Fue alrededor de 1995 cuando las empresas españolas empezaron a facilitar cuentas de correo electrónico a sus trabajadores. En esa época, acciones tan sencillas y banales hoy en día como instalar un cliente de email, configurarlo, dar de alta una cuenta y enseñar a los usuarios cómo interactuar con trabajadores de otras empresas eran muy complicadas. Todo resultaba (demasiado) nuevo y el impacto que tenía la gestión de cuentas de correo corporativo sobre los trabajadores era tal que algunas compañías optaron por dar marcha atrás y postergaron la decisión hasta que fue imposible demorarla más.
Hoy ya nadie duda de la importancia del correo electrónico. Su función dentro de una compañía está más que asumida y, de hecho, tanto las empresas con sus directivos y trabajadores como el ciudadano de a pie han interiorizado su uso. Más que necesario, se ha convertido en imprescindible. Ha llegado ese momento en que resulta complicado pensar que un día no fue de uso cotidiano.
Evolución constante de la tecnología
Las tecnologías avanzan y aportan a las empresas soluciones que, inicialmente, son percibidas como poco asumibles y, por consiguiente, como sucedió con el correo, se trata de demorar su implantación. Salvo contadas excepciones, el tiempo acaba dando la razón a la tecnología. Lo que hoy aplican pocas empresas, mañana tiene una extensión global. En España, en concreto, los empresarios son actores principales de este problema. El idioma, la desconfianza, la visión cortoplacista, la escasa autocrítica y la incapacidad de aceptar su desconocimiento provocan que el avance tecnológico se enquiste.
Responsabilidad compartida
Seríamos ilusos si señaláramos con dedo acusador únicamente a los empresarios. No son ellos los (únicos) culpables de las cortapisas que hallan a su paso los avances tecnológicos. Al fin y al cabo, su actitud es comprensible, velan por su negocio y trabajan para mejorar aquello que afecta específicamente a sus clientes y empleados.
Es el proveedor de confianza, su proveedor informático, el auténtico responsable. Como tales, nuestro trabajo consiste en aprender y transmitir las ventajas que aportan las nuevas tecnologías a nuestros clientes. Explorar las novedades que el mercado saca a la luz y analizar su posible encaje en las empresas que gestionamos. Y para ello tan importante es conocer la tecnología como mantener viva la pasión por aprender. Sólo así podremos garantizar que una tecnología concreta es relevante para un trabajador.