HoloLens o cómo convertir una quimera en realidad
Te presentábamos esta misma semana Microsoft HoloLens, un proyecto que bajo nuestro punto de vista bien podría dar inicio (ahora sí) a la llamada era post-PC que tantas veces se ha invocado en vano. Se trata, decíamos, de unas gafas holográficas cuyos cristales permiten ver objetos y entornos como si fueran reales. Tan sencillo de explicar y tan increíble de experimentar.
Con este planteamiento las posibilidades son infinitas, yo me he atrevido a fantasear con algunas. Eso sí, antes de leer mis vaticinios acerca de las infinitas posibilidades que ofrece HoloLens, echa un ojo a la demostración de Microsoft y no te parezcan ensoñaciones, sino retazos de un futuro cercano.
1. Ecommerce más seguro y real
Puede cambiar la forma en la que entendemos la compra de productos por Internet. Imagina que entras en la web en cuestión (o su aplicación en Windows 10) y puedes ver los productos en tres dimensiones antes de comprarlos. Podrías ver cómo queda el armario que necesitas para tu dormitorio en tres dimensiones y colocado en la propia habitación, o ver qué juguete vas a comprar y qué dimensiones tiene antes de darle al botón de compra.
2. Desplazamientos, un tráiler de tus vacaciones
Podremos explorar holográficamente un sitio al que no podamos ir. ¡Imagina cómo sería visitar las llanuras de la Luna sin moverte del comedor! No es que se planteé como un sustituto del viaje convencional, pero del mismo modo que vemos el tráiler para juzgar si la vemos o no, parece lógico callejear por nuestro destino de vacaciones antes de planificar el viaje. Incluso, dar la posibilidad a personas con movilidad reducida de disfrutar de una experiencia muy cercana a la realidad subiendo el Everest o los infinitos escalones antes de llegar a MachuPicchu.
3. Juegos, juego, ¡Juguemos!
El techo de los juegos está lejos de tocarse. Ni se atisba. Digamos que por el momento sólo se ha puesto como ejemplo la reciente adquisición de Mine Craft por parte de Microsoft, en la que enseñan cómo un usuario en Mine Craft ya no juega con la pantalla y ratón, sino que lo que hace es proyectar el propio juego en su salón. Del mismo modo, se me ocurre cómo será jugar por ejemplo a montar Lego sin tener miles de piezas desperdigadas por el salón de casa. Por no hablar de los juegos shooter, las aventuras gráficas en primera persona, los juegos de carreras, etc.
Vídeos. ¡Cuidado, la sangre salpica!
Ver películas, series o televisión será también otra nueva dimensión. Con HoloLens podremos proyectar ante nosotros una auténtica pantalla de cine y disfrutar de nuestras películas favoritas, sin contar con el elemento televisión. Bastarán las gafas -y las palomitas- para disfrutar de la película, cuando y como queramos.
El mejor ‘libro’ para los colegios
La forma de entender las materias por parte de alumnos dará un giro de 180º. No será lo mismo estudiar qué es un delta, que estar en él, ver su vegetación, su fauna, el desemboque del río, su formación, sus usos agrícolas, etc. Además, se me ocurre que también es una nueva dimensión para las personas con discapacidad, dando la oportunidad de disfrutar de sensaciones, vistas y lugares que antes jamás hubieran podido imaginar.
Nueva ventana al entorno colaborativo
El entorno colaborativo no es nuevo (Lync supuso un avance notable), pero HoloLens supone una vuelta de tuerca a esta idea, elevar su potencial a la máxima expresión. Ahora con HoloLens, podremos estar trabajando en el mismo proyecto en tiempo real con nuestra sucursal de Nueva Zelanda, interactuando sobre el propio proyecto (por ejemplo el diseño de una casa), al mismo tiempo y viendo los resultados en tres dimensiones.
HoloLens, ¿quién nos lo iba a decir?
Seguro que en la lista aún se podrían añadir muchas escenarios. Cualquier ámbito admite modificaciones importantes cuando la tecnología se inmiscuye en él. ‘¿Quién nos lo iba a decir hace unos años, que ahora trabajar, jugar o desarrollar ideas sería así’, esperaremos en unos años.
Y si no pregúntale a muchos padres qué pensaron cuando adquirieron el primero ordenador para sus hijos. El mío compró un Investronica y era lo último de lo último. El no va más. Tiempo después… ¡Quién me iba a decir que la pantalla acabaría siendo en color!, ¡quién me iba a decir que los diskettes iban a ser más pequeños!’. Y así sucesivamente.